Las Amapolas De Argenteuil

Claude Monet

Claude Monet

Las Amapolas de Argenteuil

Este cuadro está como considerado una obra maestra. La explosión de los colores, junto con la representación casi abstracta de los personajes y los toques ligeros, sumergen el conjunto en un torbellino de gracia. 

Durante los seis años que pasó en Argenteuil, Claude Monet se interesó cada vez más por el estudio los colores. Éstos llegaron a ser deslumbrantes, vivos y así cambiaron la forma y la composición de sus obras

LA ÉPOCA

En 1873 se multiplicó los cuadros en bastidor que tenían por tema las flores del campo en el jardín. Refiriéndose a las amapolas los crítico norteamericanos Gordon y Forge destacan «la experiencia directa con el paisaje es la clave de toda la pintura de Monet».

LA COMPOSICIÓN

La repetición del grupo de dos personajes -Camile, mujer del pintor, y su hijo- da una impresión de movimiento y profundidad, al aparecer en la parte superior izquierda y más abajo. Sin embargo, se trata sólo de siluetas vagas que trazan una diagonal que sirve para destacar la multiplicación de los toques de color a la izquierda del cuadro, pero parece que se desprenden del conjunto del cuadro animado. A propósito de Las Amapolas, el biógrafo de Monet, Gustave Leroy, habla de una «intensidad reguladora» y de una «atmósfera traslúcida en la que todo vibra y se ilumina bajo las ondas luminosas que atraviesan el espacio»

LA CRÍTICA

Considerado como uno de los cuadros más famosos del impresionismo. Las amapolas provocó un torrente de críticas cuando se presentó en la primera exposición del movimiento. Le criticaron sus colores chillones,crudos, que harían desbocar a un caballo, y se comparó su efecto con el de «un gato que se paseara por el teclado de u  piano»

El pintor Duez, que sin embargo era sensible al arte de los impresionistas, llegó a decir que «los cuadros de Monet quizá son un poco cuando salen del taller, pero al parecer los de Miller también tenían el mismo defecto que desaparecía en cuanto los colores se amalgamaban con el tiempo»

La mujer del pintor, Camile, y su hijo están representados de una manera casi abstracta, en dos lugares de la obra, lo que da a la obra una sensación de movimiento.

LA HISTORIA

La obra fue comprada por el marchante Durand-Ruel en 1873. El cuadro fue adquirido por el pintor coleccionista Ernest Duezy después pasó a la colección de jean-Baptista Faure, quien lo volvió a vender a Durand-Ruel en 1901. A continuación fue a parar a la colección de Moreau-Néplaton hasta que fue donado al estado en 1906. Después fue trasladado desde el jeu de Pomme hasta el museo de Orsay.

COTIZACIÓN

Este cuadro es tan célebre que resulta difícil calcular su precio. Figura entre los clásico del impresionismo, y a pesar de su pequeño tamaño puede valer cientos de millones de euros.

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